Entender la microagresión a través de la educación

Imagen de cabecera diciendo Un mensaje del Dr. Samonte

Estoy seguro de que en un momento u otro de nuestras vidas, cada uno de nosotros ha estado en una posición en la que sentíamos que no éramos bienvenidos en una determinada situación, o alguien hizo un comentario que nos hizo sentir pequeños, incómodos o poco apreciados.

"Es sólo una broma. Sabes que no era eso lo que quería decir", suele decir la persona que ha hecho el comentario cuando se da cuenta de que ha herido los sentimientos de alguien o se ha pasado de la raya con su comentario.

Un asiático-americano nacido en EE.UU. puede oír esos comentarios cuando demuestra que se siente herido u ofendido ante la pregunta "¿de dónde eres realmente?". Una persona de color puede ser menospreciada cuando se le dice que está exagerando cuando un compañero de trabajo le llama "uno de los buenos". Un miembro de la comunidad LGBTQIA+ puede ser considerado demasiado sensible si se enfada cuando alguien le dice "eso es tan gay". Y un padre de un niño autista puede no ser comprendido cuando expresa su desaprobación ante la frase: "Eres un retrasado".

Estos ejemplos de "comentarios inofensivos" o "bromas" son hirientes y también se conocen como microagresiones.

Las microagresiones son un comentario, una pregunta o una acción que se basa en la percepción de la identidad de una persona. A menudo, pero no siempre, no son intencionadas. Son indirectas e inesperadas y van acompañadas de prejuicios racionalizados. Las microagresiones pueden provenir de personas con las que te relacionas de forma amistosa. Muchas personas que cometen microagresiones no son conscientes de que han dicho o hecho algo ofensivo, pero sus palabras hacen que la otra persona se sienta incómoda, irrespetada, invalidada, enfadada o confundida. La persona que recibe estos comentarios no está segura de si hablar mejorará o empeorará las cosas, por lo que la mayoría de las veces acaba por no decir nada.

Las microagresiones erosionan el sentido de pertenencia de una persona y afectan a su sensación de seguridad y felicidad general.

La gente a menudo no es consciente de cómo sus palabras o acciones afectan a alguien cuyas experiencias difieren tanto de las suyas. Los casos de microagresión tienen efectos reales en la vida de las personas. No ser consciente no es una excusa para perpetuar comportamientos o creencias perjudiciales.

¿De dónde vienen las microagresiones? Suelen surgir de nuestros prejuicios profundamente arraigados contra los que son diferentes a nosotros. A menudo, como resultado de nuestra educación, muchas personas no se dan cuenta de que poseen estos prejuicios hasta que se enfrentan a alguien en una conversación o una confrontación.

Todos somos humanos y cometemos errores. Nuestras perspectivas son limitadas, y es natural no entender cómo experimentan el mundo los demás. Lo más importante es cómo decidimos responder una vez que somos conscientes de nuestros prejuicios y acciones y de la forma en que se manifiestan como microagresiones. 

He aquí algunos ejemplos de acciones comunes que son microagresiones:

  • Un hombre o una mujer blanca se aferra a su bolso o comprueba su cartera cuando un hombre negro o latino se acerca o pasa a su lado;
  • Una pareja de negros se sienta en una mesa del restaurante junto a la cocina a pesar de que hay otras mesas vacías y más apetecibles en la parte delantera; 
  • Una médica con estetoscopio es confundida con una enfermera; 
  • Elogiar el inglés de un colega suponiendo que no ha nacido y crecido en un país de habla inglesa;
  • Excluir a un compañero de trabajo con discapacidad de un evento después del trabajo debido a la suposición de que no es capaz de participar; 
  • Asumir que un compañero de trabajo mayor no puede usar o aprender a usar la última tecnología; 
  • Seguir utilizando palabras o frases que otras personas consideran ofensivas.

¿Qué hacer cuando te das cuenta de que has cometido una microagresión? En primer lugar, intenta no centrarte en la culpa. En su lugar, utiliza el encuentro como un trampolín para impulsar tu crecimiento personal.

He aquí las formas en que podemos canalizar productivamente la experiencia negativa para convertirla en una acción significativa:

  • Educarnos. Estar expuestos a diversas perspectivas puede ayudar a descubrir prejuicios inconscientes y a concienciar sobre nuestras acciones. 
  • Mantén una conversación abierta y honesta con la persona hacia la que has cometido la microagresión. Puede resultar incómodo al principio, pero escuchar su punto de vista te ayudará a saber cómo afectan tus acciones a los demás. 
  • Si ves que se produce una microagresión, habla e interviene. Puede ser tan sencillo como preguntar: "¿qué te hace decir eso?" o "no entiendo el chiste, ¿puedes explicármelo?". Si no se encuentra en una posición en la que se sienta seguro para hablar en ese momento, considere la posibilidad de acercarse al microagresor más tarde. 
  • Conciencie a su familia, amigos y compañeros de trabajo sobre las microagresiones. Mientras seguimos educando y creciendo, debemos compartir recursos y concienciar sobre las microagresiones que existen, y el hecho de que todos somos capaces de cometerlas involuntariamente.

La concienciación sobre la DEI es un viaje. Tenemos un largo camino que recorrer. Me siento humilde de estar con ustedes en el camino. Este es nuestro lugar.

Y, por favor, no olvides sonreír y saludar. Su amabilidad significa el mundo para los demás.

Gracias,

Alexies Samonte, M.D., MBA, FAAP (She/Her)
Vice President
Sponsoring Institution Diversity, Equity and Inclusion